I
Esta es la historia de cómo se creó el primer cohete. No era
como los de ahora, pero tiene un origen sorprendente. Había un hombre, Aquetzali, que fue marcado de
nacimiento por los dioses para que alguna vez fuera a visitarlos. Ellos le
dieron a Aquetzali el poder de la perseverancia y esperaban que algún día a
través de esta él viajara al cielo y se convirtiera en dios. Para asegurar la
vida del elegido mandaron a Halconapu, dios del cielo, disfrazado de pájaro
para protegerlo. Al principio Halconapu era tan solo un pichón, pero mientras
Aquetzali crecía él también crecía, haciéndose cada vez más grande hasta
transformarse en un halcón que cuidaba de Aquetzali desde el cielo.
II
Aquetzali fue bajado
desde el cielo por los dioses, quedando abandonado en la selva. Halconapu lo
cuidó. Le daba de beber y comer, hasta que un día una pareja de indígenas de la
tribu Roconi lo encontró y adoptó. Aquetzali pasaba todo el día mirando el
cielo. A veces veía a Halconapu que lo cuidaba desde el cielo, esto le parecía
extraño pues nunca había visto un pájaro tan grande. Le inspiraba un aire
familiar y no sabía porque. Curioso corrió y corrió persiguiendo al enorme
pájaro, atravesó montañas y ríos. Nada parecía detener a Aquetzali, él sabía
que se había alejado mucho de su tribu pero sentía casi una atracción divina
por el halcón.
III
Por fin Halconapu se detuvo, ya era hora de llevarlo al
cielo a cumplir con su destino de convertirse en dios. Halconapu indicó a
Aquetzali que subiera a su espalda y así lo hizo, el dios del cielo extendió
sus majestuosas alas y se elevó hacia el cielo. Subía y subía, el aire se hacía
cada vez más pesado y a Aquetzali le costaba respirar, el dios notó esto y tomó
un gran impulso, cuando alcanzó suficiente velocidad cerró sus alas alrededor de Aquetzali
protegiéndolo y dándole oxígeno. Se puso de tal forma que parecía un triángulo
de plumas que se dirigía al cielo. Halconapu iba tan rápido que no le fue
necesario volar, solo subía hacia el cielo. Había adoptado la forma del primer
cohete para proteger a Aquetzali y además darse más impulso, De esta forma
llegaron donde los dioses quienes le dijeron a Aquetzali que debía lleverles la
información a los mortales de construir naves de la forma que había adoptado
Halconapu para que así pudieran visitarlos. Así lo hizo Aquetzali, pero no
todos los hombres podían ver a los dioses. Solo los que aún conservaban toda la
bondad de sus almas tenían esa capacidad. Aquetzali tuvo la opción de
convertirse en dios pero él prefería seguir siendo mortal e inculcar la bondad
en los hombres. Se despidió de los dioses y especialmente Halconapu a quien veía como a un
padre. Aquetzali viajó a la tierra de nuevo y contó a todo su gran viaje y cómo
solo si eran buenos iban a lograr ver a los dioses y que los cohetes no eran
suficiente sino que debían hacerse merecedores de tal privilegio. Hoy en día
tenemos cohetes más modernos y muchos hombres han viajado al cielo pero ninguno
ha sido capaz de ver a los dioses.
Por Constanza Arriagada
Es una historia muy bonita, creo que esta perfectamente adaptada al tipo de historias que aparecen en el Popol Vuh. Me parece que esta historia podría estar perfectamente dentro de este libro y seria un gran aporte, en verdad me gusto mucho. Historias como esta son las que motivan a las personas a leer y enterarse sobre la mitología y culturas antiguas, aunque no sea "real" podría motivar a alguien a leer el Popol Vuh o simplemente a saber más sobre cualquier tipo de mitología. Muy bien connie! me encanto tu historia :D
ResponderEliminarCami y yo? :'(
Eliminarno salía tu nombre :( lo siento jajaja tu tmb roza
EliminarEl mister se olvido de la Rocío D:
EliminarLa historia mas cautivante que he leído hasta ahora, este es un magnifico relato que cuenta sobre la mitología y culturas/civilizaciones ancestrales. El estilo Popol Vuh que presenta esta historia se ve absolutamente en acorde con el contenido, para mí, esta es una historia definitivamente motivante para interpretar libros tales como Popol Vuh. Trabajo muy satisfactorio.
ResponderEliminar-Franz Lindermeyer
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarIncreible relato, en el que se lleva a cabo el origen de los cohetes. Jamas me hubiera imaginado que se podria hacer un relato mitico sobre como existen los cohetes, pero Constanza y Rocio lo presentaron de una manera muy cautivante. Alguien que lea esta historia podría en seguida adentrarse al Popol Vuh para comprender el origen de cosas tan cotidianas como esta. Muy buen relato.
ResponderEliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarMuy bonita historia, acorde completamente con el estilo de narración del libro.
ResponderEliminarEl relato es muy original e incentiva a leer el libro ya que es posible inferir que el propio libro podría contener historias tan lindas como ésta.
Me encantó esta historia esta muy bien hecha , tiene una buena redacción y se me hizo muy fácil imaginarmelo en mi mente gracias a eso , en nigun momento se me dificultó la lectura.
ResponderEliminarEl cuento el cohete , esta muy a la par del libro Popol Vuh ya que ambas hablan de mitologías y culturas antiguas , gracias a este cuento mucha gente podría motivarse a lee el Popol Vuh.