martes, 2 de junio de 2015

Al quinto día revivió Tzitexipahc...

XV

Al quinto día revivió Tzitexipahc, a su lado encontró un objeto que parecía hecho con chay. Tzitexipahc comenzó a examinar este objeto que nunca había visto antes, cabía justo en la palma de su mano y tenía una forma rectangular. Tocando los bordes, de la nada, se ilumino algo en el interior del objeto que le recordó a la luz de los chah que había quemado antes de morir. Cuando el objeto se ilumino Tzitexipahc resbaló por un Cuzivan (barranco en quiché). Para su suerte cayó encima de un Tzité y se golpeó la cabeza. Después de un tiempo se recuperó y decidió tomar el objeto de nuevo, pero esta vez estaba preparado. Toco lo bordes de nuevo haciendo que se iluminara. Asombrado, por lo que podía ver dentro del objeto, intento tocar la superficie de chay hasta que deslizando los dedos encontró unas letras que le parecían conocidos que eran unos idiomas que veía en su largo sueño ,pero impresionado diferencio una de todas las demás ,quiche con lo que Tzitexipahc empezó a gritarle al objeto para que le respondiese pero no logro nada ,hasta que decidió deslizar sus dedos sin miedo encima de la palabra que podía reconocer ,después de tocarla con sus  dedos todo lo demás desapareció ,pero ahora podía entender todo lo que decía el dispositivo, tenía unas formas muy raras y palabras que podía entender pero no sabía que significaba, ente todos los iconos encontró una palabra debajo de ella que reconocía “puhuy” al tocarla con los dedos de la misma forma que hizo al principio apareció en el objeto dentro de la capa de chay un puhuy, Tzitexipahc quedo tan impresionado que trato de acariciarle la cabeza, pero el puhuy empezó a ulular y se asustó y al tranquilizarse trato de sacar al puhuy de ahí pero no lo logro. Tirando el objeto al suelo para liberar al puhuy, solo consiguió presionar otro botón que activo una voz de mujer. Tzitexipac bajo del árbol y escucho a la voz que salía del objeto, la voz le decía que no podía entender lo que decía, así que Tzitexipahc comenzó a hablarle.
- ¿Hola? ¿Cómo te llamas?, dijo Tzitexipac, sin saber que estaba haciendo en realidad.
- Hola, mi nombre es siri, respondió el aparato.
-¿Qué eres?, dijo Tzitexipahc.
-Soy un celular, y todo esto lo creo usted, mi señor. Si quieres saber más debes dirigirte al Chuh Cakché más cercano. 
La voz se apagó al igual que el objeto. 
Tzitexipahc, siguió la instrucción de Siri y se dirigió a el árbol de sangre más cercano. Al llegar al lugar, le preguntó al árbol sagrado que estaba pasando y si es que era verdad que él había creado este aparato tan inteligente. Ahora se contara la historia de la creación del celular.

XVI

Retrocediendo en el tiempo, se encontraba Tzitexipahc junto con  Vucup-Xiteczu que era un Ah Chuen charlando sobre la creación de nuevos aparatos que ayudaran a la comunicación entre los dioses. 
-¿Qué se te ocurre Vucup-Xiteczu?, preguntó Tzitexipahc.
- Podríamos atar una nota a un Guc, respondió su compañero.
- No, que aburrido. Mejor hagamos algo más rápido y seguro, también podría ser más sofisticado. 
-¿Entonces que te imaginas Tzitexipahc?
- Podríamos usar barro, maíz y chay para reforzarlo… Luego hablamos con Ah Tzité para ver si nuestra creación funcionara bien, respondió seguro Tzitexipahc.
Los amigos se pusieron a trabajar, mezclaron los materiales anteriormente nombrados por Tzitexipahc, y obtuvieron una especie de caja pequeña y plana. Rezaron a los Formadores y Progenitores para que le diera poderes al aparato.
Al pasar la noche, Vucup-Xiterczu yacía muerto al lado de Tzitexipahc. Tzitexipahc sin saber que había ocurrido, rompió en llanto. Cuando se calmó, recordó el objeto, y al tomarlo este se prendio y se ilumino con una manzana blanca en el centro y luego se ilumino con diferentes colores.
- ¡La vida de Vucup-Xiteczu está dentro de esto!, dijo impresionado Tzitexipahc. Debo hablar con la bruja para saber el destino y la suerte de esta cosa.
Tomando el objeto y unos granos de Tzité, se dirigió a la cueva del Ah Tzité, la bruja que adivinaba la suerte a través de los granos de Tzité. 
La vieja se encontraba sentada moliendo unas semillas con el Qui Caa al fondo del lugar. Tzitexipahc se armó de valor y fue directamente hacia la bruja.
-¿Qué deseas joven creador?, dijo Hulumxitac.
- Tome estos granos y dígame la suerte de este objeto. 
- Con que eso deseas, dijo la bruja.
Tzitexipahc le dio los granos y la bruja comenzó a trabajar. Derrepente, Hulumxitac lanza un grito terrible y le grita a Tzitexipahc:
- ¡Has creado el objeto del diablo! Tú no mereces nada más que la muerte muchacho.
Tzitexipahc asustado toma su creación e intenta escapar, pero Hulumxitac lo golpeó fuertemente con el Qui Caa  dándole la muerte. Lo que no sabía esta bruja, es que Tzitexipahc podía resucitar a los 5 días de su muerte, aunque sin recordar nada del último día que vivió.

Por Camila Acosta y Joaquín Gómez

3 comentarios:

  1. un relato muy entretenido que cuenta muy bien el origen de los celulares, dandoles un origen desde los tiempos del quiche. esta historia es muy innovadora y entretenida, ya que uno no relaciona a los celulares con la epoca del popol vuh; sin embargo, logran relatarlo muy bien en tan solo 2 capitulos. muy buen trabajo

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  2. El relato esta bien estrcuturado, es coherente y comprensible. Me parece un buen trabajo.

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  3. El representar el origen del celular como una leyenda es una idea muy original y entretenida. Ocupa muy bien el estilo y los términos típicos de este tipo de historias. Es fácil y rápido de leer, para que así el lector se sienta más interesado en la historia y en la cultura maya.

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